Hasta hace unos 12 años el órgano musical de la iglesia del Carmen de la Asunción lucía monumental, pero olvidado. En 1999, el español Alejandro Massó, quien llegó a la ciudad como investigador de la UNESCO, encontró en este instrumento un encanto que lo dejó sorprendido.
Fecha de Publicación: 2011-11-30 00:00
Desde entonces los trabajos del historiador están enfocados en la recuperación de este bien patrimonial, que a su criterio, es uno de los mejores de América Latina.
Instalado en 1894, este órgano de viento fue el encargado de armonizar las celebraciones religiosas más importantes de la ciudad, recordó Leonor María del Espíritu Santo, priora del convento del Carmen de la Asunción. Pese a ello, este instrumento fue deteriorándose con el transcurrir del tiempo, irónicamente ante la vista de los fieles que acuden diariamente a las misas que se ofrecen en este templo.
Ahora, gracias al apoyo de la Fundación Barrero de España no se han escatimado esfuerzos para su reparación que se prevé concluya en junio del próximo año.
Reparación
La iniciativa surgió hace 12 años, cuando Alejandro Massó llegó a la ciudad como investigador de archivos musicales andinos para un proyecto de la UNESCO.
Luego de recorrer varios lugares, le propusieron conocer la iglesia del Carmen de la Asunció. “Caí de espaldas, era como encontrarse una reliquia en medio de un bombardeo atómico”, indicó el historiador.
Según el entendido, este órgano es uno de los mejores que ha conocido pues se caracteriza por su música armoniosa.
Compuesto por 150.000 piezas, 56 teclas y un millar de tubos, la complejidad de la reparación de esta máquina radica en su antigüedad.
En el 2004, un equipo de 14 personas tuvo que desmontar el aparato para limpiar los tubos, encargados de producir el sonido.
Antiguamente la ruptura de estos elementos se debía a que en época de guerra se los fundía para obtener plomo y así fabricar balas.
Algunos tubos del órgano musical de la iglesia del Carmen de la Asunción fueron manipulados para sacar el estaño que servía para labores de gasfitería.
Entre los elementos que se encontraba en mal estado también estaban los fuelles, es decir un aparato que provee de aire al órgano, para su funcionamiento. Con cuatro metros de largo, dos de ancho y uno de alto, esta herramienta utiliza un sistema de bombeo que será remplazado por un motor eléctrico que se traerá desde Alemania.
Proyectos
Gracias al apoyo de Ángel Barerro, director de la Fundación Barrero, se grabará un disco de música propia del órgano en base a archivos que las religiosas han guardado desde 1860.
Avance de la restauración del órgano
Varios factores han retrasado la reparación de este instrumento musical. En el 2004, tras los atentados terroristas en Madrid, el Gobierno no se preocupó por éste y ningún otro proyecto cultural, comentó Massó.
Actualmente, los expertos modernos en órganos cambian todas las piezas antiguas por unas nuevas, pero el reto era darle vida a este órgano con sus elementos de origen. Eso trajo consigo nuevos desafíos, como por ejemplo, traer cuero desde Australia para reparar los fuelles.
La inversión de esta propuesta bordea los 100.000 dólares, que son financiados por la Fundación Barrero, dedicada a la cultura y a la cooperación en el desarrollo social y económico de los países con bajos recursos económicos.
Víctor J. Martínez, miembro del equipo de trabajo, manifestó que su labor fue la de recuperar la caja, es decir de la estructura que sostiene el instrumento con fines funcionales y estéticos.
“La parte trasera de la caja tenía restos de pintura marmolizada”, sostuvo Martínez
Fecha de Publicación: 2011-11-30 00:00
Desde entonces los trabajos del historiador están enfocados en la recuperación de este bien patrimonial, que a su criterio, es uno de los mejores de América Latina.
Instalado en 1894, este órgano de viento fue el encargado de armonizar las celebraciones religiosas más importantes de la ciudad, recordó Leonor María del Espíritu Santo, priora del convento del Carmen de la Asunción. Pese a ello, este instrumento fue deteriorándose con el transcurrir del tiempo, irónicamente ante la vista de los fieles que acuden diariamente a las misas que se ofrecen en este templo.
Ahora, gracias al apoyo de la Fundación Barrero de España no se han escatimado esfuerzos para su reparación que se prevé concluya en junio del próximo año.
Reparación
La iniciativa surgió hace 12 años, cuando Alejandro Massó llegó a la ciudad como investigador de archivos musicales andinos para un proyecto de la UNESCO.
Luego de recorrer varios lugares, le propusieron conocer la iglesia del Carmen de la Asunció. “Caí de espaldas, era como encontrarse una reliquia en medio de un bombardeo atómico”, indicó el historiador.
Según el entendido, este órgano es uno de los mejores que ha conocido pues se caracteriza por su música armoniosa.
Compuesto por 150.000 piezas, 56 teclas y un millar de tubos, la complejidad de la reparación de esta máquina radica en su antigüedad.
En el 2004, un equipo de 14 personas tuvo que desmontar el aparato para limpiar los tubos, encargados de producir el sonido.
Antiguamente la ruptura de estos elementos se debía a que en época de guerra se los fundía para obtener plomo y así fabricar balas.
Algunos tubos del órgano musical de la iglesia del Carmen de la Asunción fueron manipulados para sacar el estaño que servía para labores de gasfitería.
Entre los elementos que se encontraba en mal estado también estaban los fuelles, es decir un aparato que provee de aire al órgano, para su funcionamiento. Con cuatro metros de largo, dos de ancho y uno de alto, esta herramienta utiliza un sistema de bombeo que será remplazado por un motor eléctrico que se traerá desde Alemania.
Proyectos
Gracias al apoyo de Ángel Barerro, director de la Fundación Barrero, se grabará un disco de música propia del órgano en base a archivos que las religiosas han guardado desde 1860.
Avance de la restauración del órgano
Varios factores han retrasado la reparación de este instrumento musical. En el 2004, tras los atentados terroristas en Madrid, el Gobierno no se preocupó por éste y ningún otro proyecto cultural, comentó Massó.
Actualmente, los expertos modernos en órganos cambian todas las piezas antiguas por unas nuevas, pero el reto era darle vida a este órgano con sus elementos de origen. Eso trajo consigo nuevos desafíos, como por ejemplo, traer cuero desde Australia para reparar los fuelles.
La inversión de esta propuesta bordea los 100.000 dólares, que son financiados por la Fundación Barrero, dedicada a la cultura y a la cooperación en el desarrollo social y económico de los países con bajos recursos económicos.
Víctor J. Martínez, miembro del equipo de trabajo, manifestó que su labor fue la de recuperar la caja, es decir de la estructura que sostiene el instrumento con fines funcionales y estéticos.
“La parte trasera de la caja tenía restos de pintura marmolizada”, sostuvo Martínez
