viernes, 16 de marzo de 2012

El Monasterio del Carmen recupera una joya musical

Uno de los instrumentos musicales más importantes de América se encuentra en el templo de la comunidad de madres del Carmen de la Asunción.
Se trata de un órgano francés que data de 1880, fabricado por la casa Neuville e instalado cerca de la ciudad de Dunkerke.
Llegó al Ecuador en 1894, empaquetado en 60 cajas que fueron transportadas desde Guayaquil, 300 indígenas atravesaron el Cajas cargando en sus espaldas con tremendo peso hasta dejarlo en la comunidad religiosa.
Es un órgano hecho con muchas piezas ajustado a leyes de peso, medidas, escuadras, una de las primeras máquinas musicales complejas.
En el país no hubo quien lo ensamble, la hipótesis cuenta que el montaje lo hizo, sin mayores conocimientos musicales, el sacerdote y arquitecto alemán Juan Sthile, pero nadie lo afinó y, a decir de los expertos, la afinación no se ha dado, al menos, desde el siglo XIX.
Según los archivos encontrados en la ciudad francesa de Lille, las religiosas carmelitas encargaron la construcción y se cree que el precio lo pagaron con perlas, pues 120 años atrás no había la paridad cambiaria.
El aparato cuenta con aproximadamente 1.000 tubos, desde el más grande que mide 2,40 metros y el más pequeño de 20 centímetros. Son 120 tubos grandes de madera que se llaman bordones; los de metal son unos 850 y se denominan principales, éstos son el 50% de plomo y el 50% de estaño, se conocen como tubos de metal tigrado, esos elementos se han reparado, ahora falta ajustarlos conforme al proyecto inicial.
El español Alejandro Massó desarrolla el proyecto de recuperación con la ayuda de Manuel Pérez Sánchez, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Murcia, Víctor Xavier Martínez López y dos religiosas que se capacitan en mantenimiento. Además los técnicos cuentan con la presencia de la musicóloga, Sonia Albarracín, ella será la maestra de capilla (instrumentista) del Carmen.
La misión de los restauradores es dejarlo funcionando al órgano como el día en que fue inaugurado en Francia.
Massó, profesor de historia y musicología, es uno de los técnicos más reconocidos en órganos musicales en el mundo, él descubrió, en 1988, las bondades del Órgano Romántico, desde entonces se dedicó a estudiarlo.
El español, quien trabajaba en la UNESCO e investigaba los archivos musicales de América Latina, llegó a Cuenca y, según recuerda, fue José Castelví quien le informó sobre la existencia de un órgano en el convento de las Carmelitas.
Massó lo vio y casi se cae de espaldas al encontrarse frente al coloso aparato que recogía los conocimientos de organería occidental de Europa.
En el 2000 se le sumó un equipo de tres expertos para limpiar el polvo y hollín del órgano, tres años más tarde realizaron un trabajo de afinamiento, aunque no concluyó debido a que la empresa REPSOL -que financiaba el proceso- suspendió el apoyo. En el 2010 la Fundación Barrero decidió terminar la obra.


II Fase
La siguiente fase del proyecto de recuperación empieza en junio próximo, consiste en grabar el primer disco en órgano, que se promocionará en Washington y Berlín.
Según Massó, para la grabación será necesario cerrar por una semana las calles que rodean el monasterio desde las 20h00.
Además habrá que hermetizar puertas y ventanas. El repertorio será interpretado por Aude Heurtematte, una de las mejores organistas del mundo, catedrática del Conservatorio Nacional Superior de Estrasburgo, en Francia. (BSG)

Recuperación de melodios

El proyecto de recuperación de instrumentos musicales en el monasterio del Carmen de la Asunción contempló también la recuperación de seis melodios, tarea que está a cargo de Víctor Xavier Martínez López, catedrático de la Universidad de Murcia.
El melodio es una palabra ecuatoriana que bautizó así al aparato musical que en el mundo se conoce como harmonium. Las religiosas mantienen una colección excepcional de seis instrumentos musicales que datan de 1850 y 1870, de la época de Napoleón III.
López los reparó, uno de ellos tenía el problema de no cerrar bien las cajas, otros estaban llenos de polvo o con los pedales rotos.
Detalles
- Las partituras para órganos son francesas, españolas, alemanas o ediciones de Estados Unidos. Mendelson, Brahams, Vierne, Guilmant y César Franck, escribieron música para órgano.

- La priora de entonces pidió a los franceses que incluyan un soneto de un poeta cuencano que lo escribe en una sola sílaba y dice: “Ten paz haz bien / ¿Do vas? yo tras / ti cruz luz / de mi fe”.

- Faltan por afinar 800 tubos. El órgano cuenta con cientos de varillas de transmisión, por cada nota hay una varilla, hechas con tal precisión, bien finas, iguales todas. En la parte inferior tiene ocho pedales de enganche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario