lunes, 4 de junio de 2012

El huerto del convento de El Carmen de la Asunción se mantiene desde 1682, es para consumo interno.

El bullicio del tránsito, los oficinistas y el humo de los buses que circulan en el Centro Histórico de Cuenca, hacen difícil imaginar que allí haya espacios de tranquilidad o que los ciudadanos cosechen sus propios alimentos.
Fecha de Publicación: 2012-06-01 00:00

Son pocos, pero los huertos que aún permanecen en el Centro Histórico están bien surtidos. En esos espacios se pueden encontrar árboles de capulí y de durazno, junto a legumbres, pequeñas chacras o espacios con plantas medicinales como la manzanilla, hierbaluisa, toronjil, etc.

Uno de los huertos mejor surtidos es el del convento de El Carmen de la Asunción. Allí, las religiosas conservan desde 1682, el huerto del que obtienen las plantas con las que elaboran las populares aguas de pítimas. La privacidad de esta congregación religiosa de claustro, hace que este espacio sea casi desconocido.

A una cuadra del parque Abdón Calderón las religiosas cultivan maíz y hortalizas, además de árboles frutales y limones, cuyas variedades son para el consumo del monasterio, explicó la hermana Ana de Praga. El acceso es restringido.

Otro espacio similar, aunque de acceso libre, está en la escuela Sagrado Corazón de Todos Santos. De hecho, a ese huerto se planea convertir en una suerte de museo para que estudiantes y padres de familia participen de una caminata en contacto con la naturaleza, dijo la religiosa Elizabeth Ochoa, directora del centro educativo.

Para ello ya se hacen intervenciones de recuperación del huerto patrimonial. Allí, por ejemplo, hay un árbol de toctes que fue plantado hace unos 160 años. Esta planta se somete actualmente a una especie de cirugía que tiene como objetivo la recuperación de sus raíces. Los trabajos se efectúa con cemento en el tallo del árbol.

Además se han instalado pequeñas camineras al interior del área cultivable. La ruta recorre entre árboles de canela, coco, plantas de achira, sambos, fréjol maíz y otras variedades para el consumo.

Cuando concluya la restauración del huerto patrimonial la gente podrá disfrutar de un lugar atractivo, apreciar las variedades de plantas medicinales y romper toctes sobre piedras planas, expresó la hermana Elizabeth.

Particularidad
La conservación de huertos en sitios donde el urbanismo tiene otras connotaciones, una particularidad de la ciudad, respecto a otras del país, señaló Santiago Ordóñez, coordinador de patrimonio cultural inmaterial del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, INPC.

“A Cuenca le caracteriza el cultivo de huertos de plantas medicinales, legumbres y frutas tradicionales en espacios privados y públicos”, dijo.

Por ello, el INPC impulsó una investigación sobre estos huertos y planea su difusión para este año. El fin, explicó, es propiciar la conservación de los aún existentes.

El proyecto se denomina Memorias, Saberes y Uso de Suelos de los Huertos en Edificaciones Patrimoniales del Azuay y su trabajo de campo se cumplió en 2010. La bióloga lojana Esther Contenta estuvo a cargo.

En el Centro Histórico algunos huertos han desaparecido por la construcción de viviendas, centros comerciales y parqueaderos privados; ante esta realidad el proyecto que recoge datos investigativos efectuados en la ciudad y en San Bartolomé del cantón Sigsig.

Según la investigadora, se tomó como referencia 10 huertos urbanos de Cuenca y otros tantos de San Bartolomé. Allí se determinó que están conformados, en su mayoría, por árboles frutales, plantas medicinales y legumbres.

Los resultados del estudio se difundirán a través de un libro que se publicará este año, con el objetivo de rescatar esta tradición y promover la existencia y aparición de estos espacios de cultivo.

Ademas se busca crear conciencia sobre la fuente de aprovechamiento existente en los pequeños espacios de cultivo, indicó Santiago Ordóñez.

El verde urbano en el Azuay
Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC, el índice verde urbano cantonal en el Azuay representa el 2,08 por ciento de la superficie.

El cantón El Pan tiene el índice de verde urbano más alto en el Azuay con 14,44 metros cuadrados por habitante, mientras que el índice más bajo se encuentra en Santa Isabel con el 0,65 metros cuadrados por habitante.

Cuenca tiene un índice de 1,82 metros cuadrados por habitante. Los datos se obtuvieron en el último Censo de Población y Vivienda, efectuado en el 2010.

Las conclusiones recomiendan que los Municipios del país, dentro de sus planes de ordenamiento territorial, deben contemplar la creación y conservación de áreas verdes para el esparcimiento y recreación de la población como una forma de mejorar la calidad ambiental.

En el Ecuador existe un déficit de 4,31 puntos con respecto al índice de verde urbano, el parámetro de la Organización Mundial de la Salud determina un porcentaje ideal en torno al nueve por ciento.

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